Existe una palabra que se llama
soledad, que al igual que felicidad, aflige a las personas. Es más que llamativa la influencia del entorno y de las palabras. Todo el ambiente con el cual convivimos a diario, nos señala constantemente que estar sin compañía es malo, es dañino; le dan una connotación tan aterradora a un simple término de siete letras, que los gentíos buscan a capa y espada el calor de otros, aún cuando éste es ilusorio, aún cuando pagan por él, aún cuando saben que al final del día, con toda aquella lucha, siguen estando
solos.
Al despertarse y ver una tenue luz resbalar por la ventana, tomar posesión de la habitación, lo vuelven a notar, conocen su realidad, pero le
huyen. Es un poco masoquista, agrego, porque suelen escuchar, ver o leer tristes historias que les
remarcan en sus corazones su solitaria permanencia (con tono irónico). Los
medios masivos de comunicación los hacen creer y sentir que se encuentran solos, muy abandonados (por ellos mismos que tratan de saciar necesidades en los demás) y que sin alguien a su lado no son nadie; no alcanzarán la tan anhelada felicidad, cuando esta, desviándome un poco del tema, pero creo que es necesario aclararlo al menos a mi parecer,
es tan sólo paz; tranquilidad interior. La paz
no se puede lograr en grandes masas; miles pueden estar apaciguados y quizás tu sientas el dolor de las coronas de espigas en tu mente, el eco de la tristeza retumbar una y otra vez. Que en el ambiente no exista caos
no quiere decir que en la mente tampoco. Es entonces cuando poco a poco, aquel sol que apenas se vislumbra en el horizonte, se torna en una luz cegadora que solamente los hace querer proseguir en la cama sin levantarse, por el
peso de lo que ellos mismos tratan de encontrar en la sociedad, en vez de en
sí mismos.
Te pregunto, ¿qué hay en ti tan aberrante o escalofriante que ni tu mism@ puedas soportar y le debas de
huir? Ciertamente no pierdes absolutamente nada con auto-examinarte, porque el aislamiento es estar
contigo mismo, ¿tan malo es estar con la propia compañía? No hay por qué huir de esta palabra, sino aprender a
convivir con ella; porque ella eres
tu, el/la que sueles olvidar e ignorar en compañía de otros; omitir a consciencia el hecho de que estás sol@. Interioriza, estúdiate; degusta del tiempo que posees en tus manos. Sumérgete en lo que eres, saca lo bueno de ti,
disfruta con tus virtudes. Si no te gustas,
cambia lo que no te agrada y logra amarte, sólo así llegarás a amar a otros con suma
pureza, pero sobre todas las cosas, alcanzarás la
gloria de lo que llaman felicidad, la tan anhelada paz y podrás
continuar. No te deseo suerte, ya que se que lo lograrás..
Medita lo antes dicho y hasta la próxima :)