29 de diciembre de 2011

Telarañas del antaño.


Acaeció que estoy agotado de 
sacudir con mi poca cordura
en el día a día que parece 
más noche por su negrura,
las muchas telarañas 
de antaños empolvados y 
entreverados maliciosamente,
que fueron entretejidos por las más
negras de las arañas del pasado.

Arañas que se niegan a perecer,
que no dejan de brotar 
como las termitas que carcomen
cada ansia que en la dureza de mi aridez
batalla incansable y férrea por seguir de pie.

Arañas que se niegan a perecer
como las goteras que 
vierten aflicción desde el
techo de mi corroído corazón...

Y entonces...
Acaeció que todo se derrumbó y 
me lastimaron las columnas de la fe, pero
acaeció también que todo trató de sucumbir
hasta que llegaste tu, niña,
que eres mujer y niña a la vez.

Ya no hay nada más.
Ni arañas.
Limpiaste todo,
hasta a mi con tu ambrosía y
tu ternura y tu...

28 de diciembre de 2011

Ruidoso silencio.


Quisiera tener el don
de bocetear sobre la arena
las notas de mi ruidoso silencio,
pero aún haciendo aquello,

nadie podría percibir 
ni mi voz, ni mi faz,
porque el vaivén de la marea
lo borraría siendo fugaz.

Es en vano tratar de ser una nota
para luego juntarla con otra y

pintar una melodía sobre las olas,
cuando no soy más que un ruidoso silencio
opacado por el eco del mar...

26 de diciembre de 2011

Mientras...te amaré.


Mientras un cometa roce la Tierra,
en tanto desfallezca el sol y a lo lejos
nazca otra estrella, se desvanezca
una galaxia entera o un cuásar capte
la atención de un astrónomo a lo lejos.

Mientras prosiga el vaivén habitual
de los pasajeros al un tren abordar y
un astro se asome entre las nubes fugaz,
un ave llegue a su nido a reposar o 
la luna ascienda majestuosa en el firmamento.

Mientras no se conciba quietud y estalle un combate,
corra por resguardo cuanta cosa se mueva, 
mendigos se entreguen al cruel vaticinio,
jóvenes queden naufragos y viejos sin fe y
de los corazones oquedades emerjan abismales.

Mientras un lobo aúlle abrigado por las tinieblas,
una leona desgarre voraz el cuello de su presa,
un venado pierda su aliento cruzando un caudal,
una liebre brinque de aquí para allá o 
un águila atrape a un pez con suma agilidad.

Mientras el mundo permanezca girando y
se celebre persistentemente 
otra vuelta milenaria al sol.
Mientras todo esto ocurra aún y 
sigamos existiendo o no,
yo aún te amaré.

25 de diciembre de 2011

El Vacío.

     No podría afirmar que es alguna clase de ilusión la que, entre emanaciones de ideas incoherentes, nos invade desde que poseemos algún tipo de conciencia sobre lo que somos o si realmente existe algo semejante a un hueco existencial en nuestro diario vivir. ¿Será que las personas poseemos un vacío indeleble casi hereditario que pasamos toda una vida buscando la manera de llenar? Como dije antes, no puedo afirmarlo, es algo que queda repartido en un 50/50. Sincerándome con quienes me suelen leer, preferiría que aquello fuere no más que una quimera luchando al lado del capitalismo, junto con el consumismo desmedido y que todos los seres que convivimos "simbióticamente"  estemos completos, sin medias naranjas por hallar, ni un dios al cual adorar en los momentos más tenebrosos que podamos afrontar...
      En ocasiones, entre vorágines que toman por mar mi carcomido entendimiento, me percibo entre una calma aparentada por mi sereno rostro, naufrago del destino y prisionero de mi propia libertad...Por ello con mi libre albedrío y mi eterna pereza, acabo atándome a cosas, a labores, a relaciones sociales, a infinidades de cosas, pero siempre relacionadas con personas...que espero yo le den alguna clase de importancia o rumbo a mi cuerpo y que mi corazón no sólo palpite rutinariamente bombeando sangre, sino bombeando vida, esperanza o fortaleza..., pero esto se debe a que en mi caso me gustaría una mejor humanidad.
     Quizás fueron aquellas canciones, películas y cuentos de niño las que me/nos hicieron carentes de atribuirle un sentido más preciso al por qué nos movemos, por encima del efecto de arrastre de seguir los designios de la sociedad, esa agobiante monotonía de nacer, crecer, comer, socializar, crecer, estudiar, socializar, seguir estudiando, continuar comiendo y socializando, sacar la preparatoria, luego la secundaria, posteriormente la universidad para luego adherirnos a la fuerza laborar que mueve los engranajes de la humanidad y que alimenta al diminuto porcentaje que mueve aquellos hilos de nuestra existencia. Nos entrenan a todos para ello, nos imponen una forma de vida desde que nacemos...para complacer los caprichos de unos pocos como mano de obra esclava con "libertad". Todo esto sólo los deja insatisfechos de lo que hacen, pero irónicamente no ponen un límite.
     Vacíos, vacíos, vacíos...Algunos los llenan con parejas, otros con drogas o sexo, existen aquellos que idolatrando ideas tan obsoletas como la de dios, colman su esencia con religión. ¿Has pensado alguna vez en las cosas que necesitas para seguir respirando o prolongar tu existir? ¿No son ni tan siquiera la mitad de todo lo que posees, verdad? Eso se debe a que las grandes empresas mercadean productos inútiles de cualquier clase para llenar cualquier tipo de vacío que pensemos tener. En primer lugar, lucran con la idea de que nos falta algo y  en segundo, crean un producto que elimine esa sensación de carencia como por ejemplo: canciones románticas para los solitarios al igual que atarugarse de comida . Maquillaje por doquier que hace que en vez de que la piel perdure, termine arrugándola aún más rápido para fortalecer a las mujeres y hacerlas creer que lucen más bellas cuando en realidad ocultan con polvos lo que son, la verdadera y más pura sublimidad. Huecos, huecos, huecos, cada quien lo llena con lo que más le apetece, pero nunca se preguntan para qué o por qué lo hacen, son ni más ni menos que zombis modernos...

      ¿Qué puedo decir? Tengo demasiado por expresar, pero carezco del fantasma de tiempo y por ello debo de partir una vez más. Yo siempre he solido pensar que estoy entero, que no ocupo nada, ni un dios, ni fama, ni lujos, ni alguna clase de gloria y es porque el destino que escogí es sencillamente ayudar a los demás. Lo he tenido todo una vez y me pareció indiferente tantas cosas materiales. No necesito de un dios porque yo confío en mi propio poder, no ocupo pareja pues aquella llegará a su tiempo y primero debo de ser alguien fuerte, alguien entero para compartir mi fortaleza con mi compañera. En síntesis es pensar que estamos completos, sin carencias más allá de las necesidades básicas, porque más allá de éstas, todo termina siendo inútil y absurdo. Tal vez todos estemos verdaderamente completos, pero por el hecho de haber crecido y todo el impacto recibido por la sociedad, no lo podemos saber del todo y en todo caso, si es que existe un vacío, casi que puedo afirmar que hay una manera de llenarlo y aquello es una amalgama entre soledad para poder comprender quien se es y también el repartir amor, porque nada, absolutamente nada material hace que el hombre se sienta satisfecho, solamente el amor o la entrega por el prójimo puede hacerlo...por ser todos nosotros, seres sociables.

      Saludos a todos y a todas. Espero que con esta pincelada de ideas que suelen surcar mi cabeza a altas horas de la noche, puedan guiarse un poco en su trajín acostumbrado :)

      P.d: Si a futuro ven modificaciones en este texto de mi autoría, es porque esto no es más que un boceto de pensamiento nocturno, sin revisarlo ni nada y quise ajustarlo más, pulirlo por así decirlo.

14 de diciembre de 2011

Acerca de la vida y la muerte.

La muerte, palabra que a más de uno aterra, paraliza, estremece y aborrece. Me es curioso, como dije en una de las entradas anteriores, que una palabra produzca aquellos efectos sobre nuestro ser. La muerte, tan lejana, cercana, lenta o rápida; momento que nos une a todos por igual, que se nos impone con el mismo peso a cada uno de nosotros, que transcurre lívida y veloz como el pestañar;  que entre más somos, al parecer menos valemos, pero a todo esto, ¿qué es fallecer? ¿Será acaso que únicamente llega a ser cuando el corazón deja de palpitar? Quizás, tal vez sea así, pero también llegamos a morir, a ser desterrados del entrelazado hilo del tiempo humano, cuando terminamos siendo olvidados...Oh sí, es en ese momento, cuando nuestra existencia en este mundo, deja de ser para siempre, como si nunca hubiésemos existido más, que en los pequeños logros o cambios diminutos que un día efectuamos...Completamente equiparable al trabajo conjunto de aquellas pequeñas obreras a las cuales llamamos hormigas. Llegamos, al ser un puñado muy grande, a transformarnos en una serie de baterías que, al gastarse, son simplemente desechadas y reemplazadas por otras de mejor calidad y durabilidad...Es triste, acaba siendo aborrecible el entremezclarse entre semejante océano de cráneos, tantos, pero tantos y sólo unos pocos llegan a poseer un cerebro...Por todo ello, se debe de hacer de la existencia algo valioso, no vivir para uno, porque a la larga, de nada sirve, sino en beneficio de la humanidad misma. Es importante decir que un beneficio para la humanidad no sería el facilitarle sus labores. Ciertamente, aquello de facilitar, nos deshumaniza. Debemos de buscar la mejora individual en todo sentido, de cada ser que habita en esta pequeña esfera suspendida en el vasto espacio, sin hacer que deje de tratar de superarse a si mismo, sin que deje de esforzarse. Debo de agregar que es irónico, me refiero a lo de "pequeña esfera suspendida en el vasto espacio", porque, al ver el enorme lugar en el cual nos hallamos, nuestros logros y problemas no son absolutamente nada comparado con el cosmos, pero en fin, enfocándonos en nuestro ínfimo planeta, tratar de hallar el modo de inmortalizarnos en la historia universal contribuyendo en magna manera con esta, es la única manera de perdurar y que nuestro ser, sea algo rescatable. Todo esto, se trata de justificar el accionar cotidiano, no consumir por consumir, sino consumir para construirnos y posteriormente edificar un sitio mejor para ti mismo y para los demás. Algo que tengo que añadir a todo lo dicho un poco relacionado, un poco aparte es que:
La vida no tiene más sentido que el que nosotros mismos le atribuimos. No se debe de vivir de sueños, anhelos, fantasías o filosofías, vendidas por otros, sino, crear uno mismo todo aquello por lo cual existir.

P.d: si deseas ser inmortal, haz que tu nombre y tus logros perduren para siempre.

12 de diciembre de 2011

Gélido diciembre.



Gélido es el aire
que inhalo,
y exhalo, lo que 
aquel me impregna,
que no es más que
una glacial brisa con
un suspiro de pena.

Y se decoloran mis ojos
haciéndome caer en una
burda monocromía.
Y se marchita el firmamento,
se oculta la pálida luna del miedo,
las pocas hojas restantes
 se suicidan ajadas contra el suelo y
se derriten los altos nubarrones,
que al notar mi cabizbajo andar,
sollozan sobre mi errar.

Suave es el pasto que aplasto con desdén. 
Pesado es mi saco de músculos y huesos tiesos
que avanzan sin ninguna pertenencia,
porque de alguna manera
me siento asaltado
por tantas tormentas
que parecen ser tantas pesadillas y pesares que
abofetearon antes mi cuerpo; 
pesadillas y pesares duros 
como la tierra y ésta, 
la huelo ahora mojada,
como mi rostro que está empapado
de una amalgama entre 
naturaleza y deshumanidad,
destino y deber.

Continuo, 
más me sobrecoje
una punzada de ardor;
es el memorándum de todo
aquello que estoy dejando,
la crucifixión final de mil pecados 
que puedo llamar pasado.
Continuo, 
más algo me detiene,
me congelo, caigo y percibo
la frescura de la hierba,
jugueteo con ella, 
siento su fuerte olor, olor a eternidad,
eternidad en varios ciclos,
ciclos de muchos dolores,
dolores que renacen,
renacen mutando,
mutando a polvo,
como yo.

Gélido no es este aire que inhalo y exhalo.
Gélido, no es más que un sinónimo de
diciembre.