10 de octubre de 2012

Desvariando.



Desvarío y
sin variar.

No aparece ninguna pausa.
Ni una de esas como pósters amarillos
que siguen pecando al buen gusto
en cantinas de mala muerte o
fotos de recién casados de más

de un matrimonio fracasado::
Pero intactos.
Miradas intactas.
Ojos con brillo imparpadeante.
Segunderos muertos que
no respiran más allá del recuerdo
y se arrastran fuera de sus tumbas
hasta en la más gélida de las 
medias noches o los medios días...

Sólo puedo,
sólo puedo dejar que el tiempo me arrastre

a voluntad y arroje mi cuerpo
como una bola de papel.

Ya no.
Ni lo cuento.
Ni lo creo.
No lo ajusto ni rodeo.
Ni lo veo. Ni lo siento.
Ni lo plasmo en mi muñeca
como una cadena menos dolorosa
que esta ilusión de ambigua libertad.

Desvarío.
Reconozco que la única pausa
será cuando el cuerpo
no seas más que un arrugado
papel y yo:
Palabras nunca escritas
en el.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Cuál es su dictamen, doctorx?