23 de octubre de 2012

Nosferatu moderno.

       - No, no  importa. No importa a cuantos les succione la sangre por día, ya de por si caminan como yo: Muertos. Sombras difusas que se entremezclan con el montón. - dijo mientras sorbía pausadamente un líquido rojizo que se precipitaba hacia abajo, hacia el labio que quien sabe cuantas veces habría probado la piel ajena.
        "No importa a cuantos les de en la cara los rayos del sol si se ocultan del mismo por la resaca del mundo con el montón. Sonó casi hasta poético, ¿no? Así es, por eso cometí esos actos tan desagradables, es casi poético. De hecho les hice un favor. Dijo uno de ustedes alguna vez que lo mejor que le puede suceder a un ser humano es nacer y lo segundo mejor, morir inmediatamente..., algunos se demoran demasiado, yo acelero el proceso para los que no creo que merecen continuar respirando. Eso es todo."

       El detective lo observaba con recelo de arriba a abajo. Era un hombre cualquiera, se podía confundir con quien fuera. Cabello castaño oscuro peinado con algo de gel hacia un lado, barba de un par de días que le sentaba, hay que admitirlo, bastante bien haciéndolo parecer más maduro de lo que ya de por sí era. Vestido con un elegante traje negro azabache, aún más oscuro y tenebroso que la mismísima noche en esos días que las estrellas parecen estar durmiendo egoístamente sin prestar su luz. Así era el sujeto al que interrogaba. Poseía algo, ese algo que no lo dejaba en paz, le robaba los nervios. Le recordaba a alguien, ¿pero a quién?

       - ¿Eso es todo detective O'Lack? - Susurró viperinamente el acusado sin desprender sus penetrantes ojos de su amenaza.
       - Sí. Es su declaración acerca del móvil que motivó a actuar de tan espantosa manera, hematófago de tercera. Acompáñeme a la jefatura, por favor - Le espetó el detective O'Lack sin muchos miramientos más notando la furia contenida que se originaba en el interior de los ojos de su presa al llamarle tan despectivamente.
       - ¡¿Hematógafo de tercera dice usted?! - gritó el sujeto con una risa exageradamente macabra.
       - ¡Silencio! ¡Andando!
       - Como usted quiera, pero la noche no acaba aún y a la Tierra le queda girar más para que amanezca, bueno, si es que amanece - dijo el hombre mientras reposaba la copa en la mesilla.
       - ¿Si es que amanece qué o quién? - inquirió O'Lack.
       - Quien sabe...Quien sabe... - respondió lentamente el acusado mientras saboreaba pausadamente el aroma del aire y la sangre en los recién crecidos colmillos de su boca.


6 comentarios:

  1. Un tema bastante interesante, los vampiros. También en cuanto a historias (en este caso, mini) me gusta tu narración. Si algo me atrae de los libros es su narración.
    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre da para escribir estos engendros de la oscuridad.
      Hehe, te lo agradezco, Rebe :D.
      Exacto, la narración es casi todo. Casi.
      ¡Saludos!

      Eliminar
  2. Wooo... A ver, cómo me explico. Mmmm, odio las novelas e historias de vampiros y seres sobrenaturales que para mí no existen... Pero Wooo! Me encantó este texto, debo admitirlo... Jamás me había pasado. Excelente' :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mi tampoco, lo admito, me gusta hablar de vampiros y demás seres "sobrenaturales", ni hablar ni escribir acerca de ellos, pero quería intentarlo un par de veces y ver qué sucedía haha.
      ¡Muchas gracias, Cami! :DDD.

      Eliminar
  3. Muy lindo el cuento. No se como llegue a este blog. Quezas en otras vidas, despies de que ya hayamos terminado esta seremos vampros jaja. Aunque a veces me pregunto para que nos toco nacer si despues tenemos que morir jaja.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hahahahah, ¿vampiros? Aspiro a ser algo un poco más etéreo o etéreo a voluntad.
      Nadie lo sabe, sólo nos toco nacer de esta manera luego de tanta evolución en el proceso...
      Igual y muchas gracias por pasarte por mi blog.

      Eliminar

¿Cuál es su dictamen, doctorx?