14 de octubre de 2012

Entre cráneos: En la capital.

      ¡Vaya lugar al cual vine a nacer! Tan descolorido para mí mientras a los demás los maravillan las nuevas pantallas holográficas que colocan en lo alto de las tiendas de segunda…Colores que preferiría poder evitar observar para no vomitar; se te clavan en las pupilas como agujas y te perforan el cráneo causando severos dolores de cabeza durante semanas.
      A donde quiera que transites en este sitio lo verás todo de idéntico tono, no importa el ángulo. Mires a donde mires hallarás personas, mas no humanidad; la humanidad ya dejó de ser hace mucho tiempo atrás, lo que quedan son vestigios de una especie que ya no evoluciona, la ciencia, la tecnología los ha convertido en las mismas máquinas copiosas que manipulan con equivalente ilusión. Hay cosas curiosas aquí claro está, aunque igual de inútiles y vanas, como los nuevos dispositivos móviles con los cuales puedes transmitir emociones.
      Aquí es así. Nada tiene valor, sólo somos baterías y nos reemplazan a voluntad. Los ricos creen ser amos de un mundo que con una sacudida los puede mandar al otro barrio, pero nada pasa. Nada cambia. No me atrevo a acabar con mísera existencia porque aún queda en mi interior un rastro de curiosidad acerca de cómo va a acabar todo, porque el final esta cerca; ese último capítulo que tanto anhelo llegar a leer con mis ojos está tan cerca que hasta en el viento se puede palpar…Y seguiré esperándolo con ansias.


4 comentarios:

  1. Me ha encantado lo que escribiste, así de sencillo. Me gusto mucho como lo narraste.
    Saludos!

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    Respuestas
    1. Te lo agradezco en demasía, Rebe, de verdad, es un gusto que te haya agradado.
      ¡Saludos para ti también!

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    2. Digo solo la verdad, me encanta como escribes. Saludos!

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    3. Y siempre te agradeceré el cumplido, señorita Rebeca.
      ¡Lindo día!

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